Centrarse significa tomar conciencia de uno mismo, sentir que estamos aquí, completamente presentes. Para ello, debemos traer la mente al momento actual, a nuestro estado y situación presentes.
El proceso de centramiento
Conciencia del cuerpo
Sentirnos físicamente sentados.
Percibir la respiración.
Tomar conciencia de nuestro cuerpo en su totalidad, de arriba abajo.
Conciencia del sentimiento
Percibirnos siendo nosotros mismos.
Sentirnos en calma.
Conectar con un sentimiento de tranquilidad.
Conciencia de la mente
Darnos cuenta de que estamos aquí, presentes en este instante.
Observar nuestra mente y traerla al ahora.
Serenar los pensamientos y aquietarlos.
Es decir, debemos tomar conciencia del cuerpo y tranquilizarlo, del estado de ánimo y serenarlo, de la mente y aquietarla.
El tiempo necesario
Este ejercicio de centramiento debe practicarse durante dos o tres minutos. Al principio, si es necesario, podemos dedicarle más tiempo: cinco, seis o siete minutos.
Lo esencial es no apresurarse en pasar a lo siguiente, sino aprender bien cada paso. Esto asegurará el éxito del trabajo posterior.
La importancia de los detalles
En el trabajo interior, no hay detalles pequeños. Muchas veces, el progreso depende de una mínima atención:
Una ligera crispación.
Un cambio en la mirada.
Un ajuste sutil en la postura.
Pequeños cambios pueden producir modificaciones sustanciales en los resultados.
Aprender a manejar nuestras herramientas internas
Debemos aprender a utilizar las herramientas que nos son propias:
Nuestra atención.
Nuestra respiración.
Nuestro cuerpo.
Nuestra conciencia de los estados de ánimo.
Todo esto, por sí solo, ya representa un ejercicio de trabajo interior.
Al practicar este centramiento con constancia, descubriremos una vía para alcanzar un estado de mayor tranquilidad, claridad y presencia en nuestra vida diaria.
📖 Basado en El trabajo interior, Antonio Blay.
Comments