Existen estados del ánimo que no son provocados ni por una emoción externa ni por un pensamiento. Y los sentimientos que brotan de nuestro interior en ausencia de pensamientos y estímulos externos son innatos, no aprendidos. Experimentados en estado de silencio interior son sentimientos puros, genuinos. Para mí es un resultado obtenido mediante la experiencia del estado de meditación.
Los sentimientos tienen diferentes matices en función de si son experimentados con o sin la participación del modo Pensar. Pongamos por ejemplo el sentimiento de felicidad. A partir de hechos y estímulos externos experimentamos emociones que son valoradas por el modo Pensar. Si el resultado de la valoración es positivo, generamos un estado de ánimo de felicidad; si ocurren variaciones en el entorno pueden llevarnos a cambiar la valoración y a frenar el sentimiento de felicidad. En cambio, si la experiencia procede de la percepción de algo que ya existe en nuestro interior, lo que ocurra en el exterior, o lo que pensemos, no influye en el sentimiento de felicidad. En este caso, podríamos referirnos al sentimiento subjetivo mediante la palabra felicidad, y al sentimiento puro mediante la palabra alegría.
Dra. M Teresa Blázquez Tejada. "Sin pensar existo. La meditación según la investigación de una Dra. en Física."
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Y tú,
¿has encontrado esta diferencia en tu práctica?
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