La ley de dar y recibir afirma que el universo funciona a través de un intercambio dinámico.
Tu cuerpo mantiene un intercambio constante y dinámico con el cuerpo universal; tu mente mantiene una interacción dinámica con la mente cósmica. La vida constituye el flujo de todos los elementos y fuerzas que forman el campo de la existencia.
Puesto que tu cuerpo, tu mente y el universo mantienen un intercambio dinámico y constante, detener la circulación de la energía es como detener el flujo sanguíneo. Cuando la sangre deja de fluir, se coagula, y cuando un río deja de fluir, se estanca; por esta razón, has de mantenerte abierto a dar y recibir a fin de preservar la circulación de la fuerza vital en tu interior.
El factor más importante son las intenciones que se esconden tras ese intercambio.
Tu propósito debería ser siempre crear felicidad tanto para el que da como para el que recibe, porque la felicidad da soporte y sustento a la vida. La respuesta es proporcional a lo ofrecido cuando se trata de un gesto incondicional desde el corazón; por esta razón, el acto de dar ha de ser gozoso: has de sentir alegría por el mero hecho de dar, de este modo, la energía que impulsa ese acto se multiplica.
Durante la práctica de yoga, la ley de dar y recibir está viva en cada respiración.
Ahora mismo, inspira tan hondo como te sea posible y mantén la respiración tanto como puedas observando el malestar que surge cuando te aferras a algo que deberías soltar.
Ahora, espira tan profundamente como sea posible y mantén la respiración cuando los pulmones de hayan vaciado por completo. De nuevo, siente el malestar que aparece cuando opones resistencia a tomar algo que necesitas.
Siempre que obstaculizas la ley de dar y recibir, tu mente se inquieta y tu cuerpo se siente incómodo.
Con cada postura que adoptas, se contraen y relajan diversos pares de músculos antagonistas, sosteniendo y soltando en consonancia con la ley de dar y recibir. Cuando la fuerza vital fluye libremente a través de tu cuerpo y tu mente, estás alineando naturalmente con la generosidad y receptividad del universo.
Fuera de la práctica de asanas: Cultiva la intención de ofrecer algo a todos aquellos con quieres entras en contacto durante el día. Podría tratarse de una palabra amable, un cumplido, una sonrisa, una oración o bien un pequeño presente. Igualmente, mantente abierto para recibir los regalos que te lleguen durante el día; pueden proceder de la naturaleza, como el canto de los pájaros o un bello atardecer, o bien pueden provenir de las personas de tu vida: un cálido abrazo, un gesto amable, una sugerencia útil... Comprométete a seguir la ley de dar y recibir, aprovechando cualquier oportunidad para hacer circular el amor, el interés, el afecto, la gratitud y la aceptación.
Extraído del libro "Las siete leyes espirituales del yoga", Deepak Chopra.
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Trataremos de poner en práctica la segunda ley espiritual durante la sesión de yoga, por medio de las tres prácticas que compartiremos los próximos viernes.
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