El estilo más relajante de todos es el yoga restaurativo.
El yoga restaurativo es un tipo de yoga pasivo y terapéutico, es decir, no busca estirar o activar el cuerpo, sino poder calmar la mente y el cuerpo.
Es apto para todos, sea cual sea su nivel de experiencia, edad, lesiones o estado físico. En esta modalidad de yoga las posturas se adaptan al alumno mediante los soportes según la estructura y condición de cada cuerpo. Cada cuerpo es diferente y por eso necesitaremos soportes distintos. Es especialmente adecuado en momentos de recuperación o para aquellas personas que sufren algún dolor físico o psicológico (ansiedad, depresión…), aunque es igualmente recomendable para personas que simplemente quieran relajarse y descansar. EN QUÉ CONSISTE EL YOGA RESTAURATIVO
Es una técnica muy distinta a los tipos de yoga convencionales: el objetivo es reducir la velocidad y abrir el cuerpo y la mente a través del estiramiento pasivo y el movimiento consciente.
El yoga restaurativo se basa en asanas pasivas y reconstituyentes, que se adapten completamente a nuestro cuerpo para encontrar el confort y así poder mantenerlas durante un periodo de tiempo más largo, obteniendo todos sus beneficios sin necesidad de estresar el cuerpo, sin realizar esfuerzo. Para ello se usan soportes como mantas de yoga, cojines, silla, cinturones de yoga… de manera que todas las partes del cuerpo encuentren un punto de apoyo. Aunque en ocasiones también se realicen algunas variantes de asanas un poco más activas o con algunas secuencias de movimiento suave, como calentamiento.
Durante este tiempo, los músculos se van relajando profundamente. Si lo has probado, habrás comprobado que se produce una sensación completamente diferente a las de otras clases de yoga.
¿QUÉ PUEDO ESPERAR DE LAS CLASES PARTICULARES DE YOGA RESTAURATIVO?
Las clases son sesiones tranquilas y relajadas, donde se pone música muy relajante. Se comienza con una pequeña meditación guiada por la profesora y continúa con movimientos suaves para ir poco a poco calentando el cuerpo.
Después, tu instructora te irá guiando en cada una de las posturas haciendo los ajustes necesarios. La práctica, completamente adaptada a tu situación y necesidades, irá evolucionando según tu cuerpo lo haga a lo largo de las sesiones, que finalizan con una relajación consciente.
El gran beneficio del yoga restaurativo es la relajación profunda y la recuperación de nuestra energía vital.
Permitimos que el cuerpo vaya aflojando capa por capa, que se entregue a los soportes que lo sostienen, para acceder a los tejidos más profundos, liberando tensiones y estrés y recuperando funcionalmente el cuerpo.
El primer mensaje que encierra todo malestar es: <<ÁMATE TAL COMO ESTÁS>> E. Martínez Lozano
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