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El Final: Cómo Salir Correctamente del Silencio Interior

Foto del escritor: Medita Yoga EstudioMedita Yoga Estudio


Después de una sesión de meditación o silencio, es fundamental realizar una transición suave hacia la actividad cotidiana. Pasar abruptamente de un estado de calma profunda a uno de movimiento puede ser perjudicial para el sistema nervioso y los sentidos. Por eso, debemos proceder con cuidado y consciencia.

Una transición progresiva


  1. Tomar conciencia del final. Aún en estado de silencio, debemos formular claramente la idea: "Ya es suficiente; ahora voy a pasar a mi actividad externa". Este paso es clave para preparar la mente y el cuerpo para el cambio.

  2. Respiraciones profundas. Una vez que la idea del cierre esté clara, realizamos de tres a cinco respiraciones profundas y completas. Esto ayuda a reactivar la circulación sanguínea y nos prepara para el movimiento.

  3. Movilizar el cuerpo. Después de las respiraciones, comenzamos a mover las manos y los brazos, seguidos de los pies y las piernas. Estos movimientos activan la circulación en los miembros. Si surge el deseo de desperezarse, es recomendable hacerlo.


La importancia de una salida gradual


Cuando la meditación se realiza correctamente, las funciones periféricas del cuerpo —como la actividad nerviosa, muscular y circulatoria— disminuyen, similar a lo que ocurre en el sueño. Por esta razón, no podemos exigirle al cuerpo que se active de inmediato sin consecuencias negativas.

El proceso adecuado para despertar al organismo incluye tres fases:

  • Tomar consciencia del final

  • Realizar respiraciones profundas

  • Mover progresivamente el cuerpo

Solo después de estos pasos, abrimos los ojos. Sin embargo, no debemos levantarnos de inmediato; es importante permanecer un momento con los ojos abiertos antes de incorporarnos.



Evitar la precipitación


Levantarse con demasiada rapidez puede provocar mareos o dolor de cabeza. Es el mismo efecto que ocurre al despertarse de un sueño profundo y levantarse bruscamente: el organismo aún no ha completado su transición y la sensación puede ser similar a estar desorientado o aturdido.

Incluso si la mente ya está despierta, el cuerpo necesita tiempo para adaptarse. Por ello, es recomendable respetar este proceso progresivo, asegurándonos de salir del estado meditativo de manera equilibrada y armoniosa.


 

Siguiendo estos pasos, garantizamos una integración adecuada de la meditación en nuestra rutina diaria, permitiendo que sus beneficios se prolonguen sin generar incomodidad o malestar en nuestro organismo.

 

📖 Basado en El trabajo interior, Antonio Blay.



 


"La clave de la eliminación de los estados de inseguridad a través de la mente consiste, pues, en conseguir que el núcleo interior de la mente en el cual yo tomo conciencia mental de mí mismo sea un núcleo abierto al máximo, totalmente afirmativo. Y esto debe ser en una dimensión honda, profunda, central, de nuestra mente; no en las ideas que flotan alrededor del núcleo. Porque si solamente pensamos - como lo hacemos habitualmente alrededor del núcleo, esto no modifica el núcleo. Llegamos al núcleo cada vez que nosotros tenemos una conciencia clara de sujeto, una conciencia clara de ser nosotros mismos. Cada vez que nosotros decimos yo y sentimos una resonancia en nuestro interior, en el momento en que estoy viviendo este yo, esta noción clara de mí mismo como centro, es cuando tengo acceso al núcleo de la mente. Y serán las ideas que yo pueda instaurar en aquel momento las que tendrán eficacia para modificar este núcleo central. Cuanto más sólidamente la persona llega a vivir su núcleo, menos necesita proyectarse hacia el futuro y menos pendiente está del pasado. La apertura del núcleo (la conciencia clara de sí mismo) da como consecuencia la vivencia plena del presente; entonces, el presente absorbe el pasado y el futuro, y todas las energías de la persona, toda su capacidad lúcida, se centra en vivir intensamente la realidad del presente. […] Para hacer este trabajo fundamental de realización a través de la mente, es preciso que la persona reflexione profundamente sobre esta intuición que tiene del Ser íntimo de sí mismo, y que dedique todos los días de 15 a 20 minutos a ver esto claro: la naturaleza profunda de uno mismo." Antonio Blay


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