top of page

Trabajo interior y vida cotidiana.

Foto del escritor: Medita Yoga EstudioMedita Yoga Estudio



Otro aspecto del trabajo interior es la necesidad de que se integre en lo que es nuestra vida diaria, porque si nosotros hacemos un trabajo de descubrimiento interior y una vez terminada la sesión entonces nos ponemos en nuestra actitud extravertida y de crispación hacia el exterior y así permanecemos el resto del día, lo que logramos con esto es simplemente hacer una escisión en nuestro psiquismo, la que conducirá a que una parte de él mire hacia dentro y otra parte mire hacia fuera, y se irán desarrollando de esta manera, una mirando al lado interno y la otra hacia el lado externo.

Entonces estaremos creando una dualidad fundamental en nuestro psiquismo, en nuestra mente, y esto no debe ser así, nunca debería ser así, aunque por desgracia en muchos casos ocurre de esta manera por falta de una visión integral, de una visión suficientemente amplia y positiva de lo que ha de ser la vida interior. Veamos cómo se consigue esta integración.

Cuando uno se determina a trabajar, conviene que lo haga por las mañanas (si es posible), durante veinte minutos o media hora en los inicios de la práctica.

Es preciso que este trabajo se haga regularmente todos los días, se tengan ganas o no, aunque se tenga prisa u otras cosas por hacer. Cuando uno se da cuenta de lo que significa el trabajo interior, también se da cuenta de que no existe nada que sea más importante que esto, porque esto se convierte en la razón de ser de todo lo demás.

Entonces, durante el día es necesario que uno se obligue a hacer pequeños paréntesis de aislamiento en su actividad, en su rutina diaria; y durante uno o dos minutos, aislarse del exterior, respirar conscientemente, centrarse, y tratar de reproducir lo que se ha experimentado por la mañana en el ejercicio, sea sentir más optimismo, sea un estado de comprensión más grande, de calma, de serenidad, etcétera.

Esto es algo que nadie ha de notar pues puede hacerse incluso en el trabajo, en un momento cualquiera; así se renueva interiormente la experiencia que se ha vivido por la mañana, aunque la experiencia haya sido leve o muy pequeña. Eso debe repetirse tres o cuatro veces al día; por ejemplo, puede hacerse un momento antes de comer, antes de ponerse a trabajar por la tarde, otra vez a media tarde y de nuevo antes de cenar. Será conveniente marcarse unas horas, unos momentos determinados, regulares, no cuando uno se acuerde sino ateniéndose a los momentos establecidos y acostumbrarse a ellos. Luego, el estado interior de calma, de tranquilidad o serenidad que uno ha conseguido, debe tratarse de mantenerlo, de recordarlo, de sentirlo durante el resto del día, mientras uno actúa, va por la calle, habla, etcétera. Naturalmente, este estado no se mantendrá fácilmente, se irá; no importa, pues al cabo de unos días uno se dará cuenta de que es capaz de alargarlo cada vez más.

Los pequeños paréntesis en la actividad del día en los que uno recupera esa conexión de la mañana van prolongando el efecto del trabajo, el cual se va manteniendo después a lo largo del día, hasta que llega un momento en que es constante y es entonces cuando el trabajo se hace cada vez más agradable, cada vez más positivo. Esto conduce a la transformación de la propia vida, a tener de modo constante una actitud diferente ante las situaciones, sin tener que pensar ni esforzarse en ello, sino que se manifiesta así porque uno está viviendo toda situación en un estado distinto.

Así vamos conectando nuestro estado interior con cada instante de nuestra vida diaria, con nuestra actividad intelectual, con nuestra actividad fisiológica, con nuestras manifestaciones festivas, y este estado interior se va afianzando. Así no sólo se evita la dualidad en nuestro interior -vida interna/vida externa-, sino que una vida ayuda a la otra; la vida interior está fecundando la actividad externa, y ésta proporciona a la vida interna unos mayores estímulos para vivir y descubrir nuevos aspectos de la propia riqueza espiritual.



📖 Antonio Blay, El trabajo interior.




 




En esta práctica de centramiento, guiada por Antonio Blay, se ha ampliado la duración a 30 minutos, con la intención de brindar más espacios de silencio tras cada indicación para ahondar en la experiencia que nos señala Blay: ser más nuestra vida, nuestra inteligencia y nuestro amor.


#meditayogaestudio #Valencia #YogaValencia #meditacionvalencia #Yoga #ElTrabajoInterior #AntonioBlay #CrecimientoInterior #CrecimientoEspiritual 

留言


bottom of page